El sector de la salud produce cerca del 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo, que contribuyen de manera negativa al cambio climático
En la realidad actual nos ha tocado vivir dos grandes emergencias, la climática que llevamos combatiendo desde el año 2019 y la sanitaria ocasionada por la Covid.
La cumbre de la ONU, realizada en Madrid logró que la mayoría de países europeos se uniesen con una estrategia común de endurecimiento de las políticas y medidas de combate al calentamiento global, para luchar conta el cambio climático, que culminó con la declaración de “Emergencia Climática”.
El cambio climático es un problema de salud pública tan importante como la Covid, debido a su gran influencia en los factores sociales y medioambientales. Principalmente influye en el aire limpio, el agua potable, los alimentos … Y su impacto en la última década ha sido excesivamente negativo.
ALGUNOS EJEMPLOS SON:
- Aumento de temperaturas y contaminación del aire: Las temperaturas altas provocan un aumento de los niveles de ozono y de otros gases contaminantes que influyen en las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Además, los niveles de polen y otros alérgenos también se ven afectados por el calor, lo que incrementa la incidencia de asma.
- Aumento del nivel del mar: Alrededor de la mitad de la población mundial vive a menos de 60 km del océano, y muchas de esas familias se van a ver obligadas a desplazarse si el nivel sigue subiendo.
- La nueva variabilidad de las precipitaciones afecta al suministro de agua dulce, y la escasez de esta puede poner en peligro la higiene y aumentar el riesgo de enfermedades diarreicas. Además la falta de agua dulce es la principal causa de sequía y hambruna en la Tierra.
Para poder combatir todas estas enfermedades se necesita una buena inversión en salud, que debe ir más allá de dotar los servicios recursos destinados necesarios para salvar vidas, sino que también debe apoyar el diseño e implementación de estrategias y medidas circulares.
La Economía Circular, nos da la oportunidad de enfrentarnos a retos que aseguren la sostenibilidad, ya que está enfocada en la necesidad urgente de cambiar el modelo lineal de uso/consumo de los recursos, por un nuevo modelo en el que se cierren los ciclos de recursos, productos, servicios, residuos y materiales, potenciando el rendimiento de las cadenas de valor del sector.
Algunas de las estrategias de Economía Circular que ya se están adoptando en la salud son:
- Desarrollo de nuevos modelos de negocio, con los que las empresas de tecnologías médicas y farmacéuticas evolucionan de la venta de productos y adquisición de bienes a la oferta de servicios y soluciones integrales. Esto implica por ejemplo hospitales paguen por el uso de equipos que son mantenidos y actualizados por el fabricante.
- Revalorización de equipos médicos, que se recuperan al final de su vida útil para ser reparados, reutilizados o remanufacturados.
- Nuevas formas de compra verde e innovadora, como los contratos de riesgo compartido entre la administración pública y las farmacéuticas. Estas formas de compra ahorran recursos e impulsan mejoras en la prestación de servicios, además de ayudan a agilizar la incorporación de productos innovadores en el sector.
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