Pilar Blázquez entrevista a nuestra presidenta para El Diario.es
- Patricia Suárez ha logrado que Bankinter le devuelva su dinero tras llevar al banco a los tribunales: «En este país ha fallado todo: bancos, reguladores, políticos. Todo, excepto los jueces que han sabido reaccionar»
- «La colocación masiva de productos financieros tóxicos es un chollo para los bancos», dice la presidenta de la Asociación de Usuarios Afectados por Permutas y Derivados Financieros
- «Estamos rescatando dos veces a la banca, con nuestros impuestos y con los abusos de los productos que nos colocan», asegura. Añade que «en España somos muy tolerantes con los conflictos de interés»
Autónoma, diseñadora de páginas web y azote de la banca española. Ese es el perfil de Patricia Suárez, más conocida como Wonder Woman, por su nick en las redes sociales. El cambio se gestó a partir de diciembre de 2008, al descubrir que había sido engañada por Bankinter en la comercialización de los productos asociados a su hipoteca. Seis años después ha conseguido que un juez le dé la razón y recuperar su dinero. Entre medias se ha convertido en presidenta de la asociación de afectados por los engaños de la banca con el nombre más impronunciable de España, Asuapedefin (Asociación de Usuarios Afectados por Permutas y Derivados Financieros), y en una de las personas que más esfuerzo personal está dedicando a luchar contra los abusos de los bancos.
Su caso podría haber sido uno más de los muchos afectados por estafas de la banca. ¿Qué le mueve a liderar esta lucha, erigirse como Wonder Woman e incluso formar una asociación?
(Risas) Cuando empecé a reclamar mis derechos ante la banca, mi identidad en las redes sociales era suarepbg. Recuerdo que casi nadie conseguía ponerlo bien. Lo de Wonder Woman fue un apodo que me pusieron los compañeros con los que me movilizaba a medida que conseguía publicar las sentencias que condenaban a los bancos. Me llamaban la mujer maravilla. Me gustó y lo adapté al inglés y a mis redes sociales.
El activismo, es sin duda, efecto de la actitud del banco. Yo era tan ingenua que pensé que todo había sido un error que podría subsanar hablando con las personas adecuadas dentro del propio banco. Unos meses después me di cuenta, buceando en Internet, de que había ya un foro con casi un centenar de afectados. Esto coincidió con otro gran escándalo, las víctimas por la caída de Lehman Brothers, entre los que había también muchos clientes de Bankinter, que eran muy combativos. Entre todos tuvimos claro que la única manera de recuperar nuestro dinero era movilizarnos y nos juntamos.
¿Cómo empieza su lucha? ¿Cuándo descubre que ha sido engañada por Bankinter?
En diciembre de 2008. En ese momento, tiene lugar una bajada radical en los tipos de interés. Y el producto que estaba ligado a mi hipoteca, un swap que Bankinter comercializaba bajo el nombre de Clip, pasó de darme una rentabilidad de 90 euros al trimestre, a exigirme un abono de 400. Llamé al banco para cancelarlo y me dijeron que si quería hacerlo, debía pagar 8.000 euros. Ni siquiera la chica que estaba al otro lado del teléfono podía creerlo.
¿En ningún momento tuvo la posibilidad de negociar con el banco? ¿Ni siquiera cuando se hizo más famosa?
La falta de colaboración fue total desde el principio. Solo me ofrecían cambiar mi producto derivado complejo por otros de similares riesgos. Más tarde, mi actividad como presidenta de Asuapedefin me permitió acceder a algún alto cargo del banco. Por ejemplo, el entonces secretario general, Íñigo Guerra. Nos recibió muy educadamente, pero su única propuesta fue vernos en los tribunales. Creo que se equivocó de lleno al valorar el riesgo. Si aquel día me hubieran ofrecido un acuerdo, no hubiera seguido con el activismo y tal vez no hubiera movilizado a tanta gente contra Bankinter y contra todos los bancos.
La han llamado «azote de Botín» y en su blog daba la bienvenida a María Dolores Dancausa como primera ejecutiva de Bankinter. ¿Ayudó mucho ese cambio al frente del banco?
El tema de Botín es una licencia literaria de los periodistas. Cuando yo comencé a protestar, Bankinter estaba presidido por Jaime Echegoyen. Yo pensé que Dancausa, al venir de una entidad mucho más volcada al servicio al cliente, iba a imprimir un cambio en la relación con los clientes del banco. Pero desgraciadamente no fue así. No ha cambiado nada.
¿Ha sufrido presión por ser tan crítica con los bancos?
Los bancos han intentado frenarme a mí, de la misma forma que a todos los afectados, negándose a aceptar las demandas acumuladas y obligándonos a presentar demandas individuales. Ese ha sido el gran triunfo de Bankinter. De los 180 que íbamos en la primera demanda conjunta por los clips, solo 80 tuvimos ganas y dinero para seguir adelante y afrontar el gasto que un proceso judicial individual implica.
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