Producto Bancario: Valores Santander
Entidad Bancaria: Banco Santander
Fecha de adquisición del producto: Septiembre 2007
Duración del proceso judicial: 3 años. Presentación Demanda: septiembre 2013. Sentencia primera instancia: 5/2/2016. El banco apela a la Audiencia Provincial pero 13/7/2016, pero desiste: el fallo de primera instancia deviene firme.
[divider]ENTREVISTA[/divider]
¿Cómo te colocaron el producto? ¿Te lo ofreció el banco?
El producto se lo colocaron a mis padres. El director de su oficina llamó por teléfono a mi padre ofreciéndole un depósito muy ventajoso.
¿En algún momento le comentaron a tus padres las consecuencias negativas que podría tener este producto?
El perfil de mi padre, en su vida personal y en cuestiones bancarias, era conservador, todavía más en sus últimos años de vida. Mi padre tenía 80 años cuando le colocaron el producto. El me comentaba -y a veces también me animaba- a adquirir productos que le recomendaba su oficina (menos mal que no piqué). Me dijo que era un depósito ventajoso y que lo único que le echaba para atrás era el plazo a 5 años. En esos años solo contrataba depósitos a muy corto plazo. Mi padre andaba ya enfermo y no quería contratar nada a medio ni largo plazo. Falleció en marzo de 2012.
¿Cómo te das cuenta de que tus padres han adquirido un producto tóxico?
Me doy cuenta cuando, tras fallecer mi padre, empiezo a ver sus papeles y leo que tiene Valores Santander -yo no me acordaba del nombre del producto en ese momento-. Pregunto en su oficina y me dicen que es un producto cuyo vencimiento acaba en octubre de 2012, y que nos aconsejaban no tocar hasta esa fecha. Al mismo tiempo, retrasamos la tramitación de la testamentaría por ese motivo y por indicación del banco y ellos no me explican más. Por aquel entonces, un fin de semana veo que un programa de TV que aborda el tema de las preferentes e inciden en que el perfil de los preferentistas: gente mayor, ahorradores, etc., entonces empiezo a mosquearme.
¿Cuál fue la reacción del banco ante tus dudas, miedos y protestas?
Llamo por teléfono al banco preguntando nuevamente por los Valores Santander y les pregunto directamente si serán preferentes o algo parecido. La respuesta de la entidad es que nunca han tenido preferentes y siguen sin dar más explicaciones.
Me sigo mosqueando y empiezo a investigar por mi cuenta en internet, entonces empiezo a leer comentarios -todavía no había informaciones periodísticas- , y me doy cuenta que hablan del engaño/estafa de los Valores Santander. Vuelvo a insistir en el banco y les mando incluso vínculos de internet que hablan de la estafa. La entidad no me contestaba a los e-mails que enviaba. Por teléfono, el empleado que quedaba de la época en la que mi padre contrató los Valores me llegó a decir que mi padre sabía perfectamente lo que había contratado, pues incluso él lo había adquirido. Dicho empleado me insinuó que le estaba acosando con las llamadas y los correos electrónicos: me dijo que tenía que dirigirme a la directora. Mis dos hermanos hablaron con ella y solo les dijo que todo era correcto y que si teníamos dudas, presentásemos una reclamación al SAC.
¿Por qué y cuándo decides demandar a la entidad?
En julio de 2012 yo ya había contactado con ADICAE, asociación que me facilitó un modelo de reclamación que envié al SAC, pero no obtuve una respuesta satisfactoria. Después contacté con un abogado de Cádiz que según internet conocía el caso de los Valores Santander, dicho abogado tramitó otra reclamación al SAC en agosto de 2012, pero no surtió ningún efecto. El banco se limitaba a decir que la contratación de su producto había sido correcta.
Más tarde, gracias al grupo de Facebook, liderado por José de Zubeldia, alma máter de esta iniciativa y que sigue ayudando a afectados, contraté los servicios de Esther Arroyo. Esta abogada coordinaría un trabajo jurídico para ver la viabilidad de una reclamación en vía penal contra la entidad. Esta abogada fue la primera en España en conseguir una sentencia firme de Valores Santander.
Entonces, interpuso la denuncia penal colectiva, pero la fiscalía no la admitió a trámite. Acto seguido, hablé con la abogada y me aconsejó buscarme un abogado e ir por lo civil porque mi caso era complicado por vía penal. Fue en septiembre de 2013 cuando contraté los servicios del excelente profesional José L. Méndez, en Madrid, a quién siempre estaré agradecida, ya que consiguió la sentencia firme para mi caso.
¿Cómo conoces a ASUFIN?
Conocí vuestra asociación durante el proceso y os he seguido en las redes. Vuestras publicaciones animan a los afectados a reclamar.
¿Recomendarías este proceso judicial al resto de damnificados?
Ha sido bastante tortuoso -como puedes imaginar- pero si no luchas, no ganas. Han sido muchas jornadas investigando, estudiando el tema en internet, comentando con otros afectados, muchas noches sin dormir, muchísima ansiedad por la pérdida de mi padre: estaba muy afectada y traumatizada por su muerte.
Lo que tenía claro era que, por encima de todo, iba a pelear por la memoria y dignidad de mi padre. Toda su vida trabajó muy duro para dejar bien situados económicamente a sus hijos cuando él faltara. Mi madre, ama de casa, también trabajó muy duro. Ambos tuvieron una vida muy sacrificada y yo no podía permitir que su banco de toda la vida les robase la ilusión de dejar sus ahorros de toda una vida a sus hijos.
¿Qué ha sido lo mejor y lo peor del proceso judicial?
Lo mejor, vencer al todopoderoso Santander por la memoria de mi padre, ver que se ha hecho justicia, y que lo vea mi madre. Lo peor, el sufrimiento emocional y físico que me ha ocasionado ya que me he visto sola y desamparada. Mi madre, casi analfabeta y con ochenta y tantos años no podía ayudarme y mis hermanos pensaron que nunca se podría ganar a un banco tan poderoso como el Santander.
¿Tenías fe en la justicia?
Al principio no tenía fe, ya que pienso que ni los propios jueces podían sospechar del engaño masivo cometido por los bancos. Con el tiempo los jueces se han dado cuenta de la inmensa estafa en gran variedad de productos y están poniéndose de parte de los afectados. El tiempo ha jugado a nuestro favor aunque ha sido muy duro. Muchos han perdido salud y hasta la vida.
¿Qué le dirías al banco ahora mismo que la pesadilla ha llegado «a su fin»?
No tengo nada que decirles, piso la oficina cuando no tengo más remedio. De todos modos ya no están ninguno de los empleados que estaban cuando vivía mi padre. Era alguien muy querido en su oficina, cuando murió, incluso uno de los empleados fue a su entierro. En enero de 2015 me sobrevino un golpe de artrosis en las rodillas que probablemente tenga su origen en el estrés vivido en los 4 años de lucha. Además, otro aspecto que compartimos las personas que hemos sufrido este descalabro es la desconfianza hacia la gente, pero espero irme despidiendo de ella poco a poco. Respecto a aspectos judiciales, estoy a la espera de la liquidación del dinero que me deben tras la sentencia. Al parecer, los trámites tardan unos meses.
¿Qué idea final te gustaría transmitir al resto de afectados por los productos bancarios en general ?
Que luchen, que si no demandamos a los bancos, seguirán cometiendo tropelías. Que se dejen asesorar por las distintas Asociaciones. Hoy en día con esta lucha, de particulares y Asociaciones, se ha conseguido desenmascarar a los bancos, están totalmente desacreditados socialmente. Han infligido un daño atroz en la gente, y continúan haciéndolo aunque menos, o eso quiero pensar. También quiero destacar el apoyo de la prensa independiente en el conocimiento del caso de los Valores Santander. Esa vía la abrió un afectado con medios como El Faradio en Cantabria, y yo la continué con eldiario.es, en particular, con la ayuda de la periodista de economía Pilar Blázquez. Pilar ha sido la que más ha informado del engaño a toda la prensa nacional.
Un comentario
¡Enhorabuena Begoña! Eres un ejemplo a seguir para todos los que estamos en medio de la lucha. Cracias por compartir tu testimonio. Saludos.